Emociones Secundarias
Emociones primarias o básicas: alegría, tristeza, miedo e ira. Emociones secundarias: vergüenza, culpa, rabia, enojo, felicidad, frustración etc etc. Sentimientos: amor, esperanza, odio, resentimiento, desesperanza…
Hace un par de años en un seminario que dicté en una de las hermosas ciudades de República Dominicana, una participante me dijo, “es que yo no hablo de mí, se me dificulta”. Allí se identifica una emoción secundaria: vergüenza. Así que empecé a buscar de dónde venía.
Lo que encontré es que la mamá de ella estaba en la cárcel y la abuela materna con quien se había criado, siempre le dijo que era gorda (afectando profundamente su autoimagen) y que así nadie se iba a fijar en ella. Aquí hay una doble vergüenza: de sí misma por “estar gorda” y de su mamá por estar en la cárcel. Aquí esa vergüenza tocó el desarrollo de su identidad y el cómo me ven los demás.
La relación entre Creencias y Emociones Básicas
Eso es una emoción secundaria, una combinación de una creencia con una emoción básica, en este caso, la creencia que la abuela le implantó: “si estás gorda te van a rechazar”, y la emoción básica de la ira hacia la abuela por ese maltrato y hacia sí misma por estar gorda. Ya podrán inferir que las emociones secundarias tienen que ver con el cómo me percibo y cómo pienso que me perciben los demás.
Cuando yo combino creencias con emociones básicas, ahí me da una emoción secundaria. Pero recordemos que una emoción es la forma en que el cuerpo responde a una situación determinada, por ejemplo, si Pedro me dice que estoy gorda o de alguna forma me hace sentir gorda, en ese momento me va a dar ira contra Pedro como emoción básica y vergüenza como emoción secundaria.
Algunos autores explican que las emociones secundarias están “asociadas con niveles superiores de interacción social, como la felicidad, más asociadas a los humanos” (Leyens et al., 2001, Salas, M. & Smith-Castro, V., 2009).
Tabernero & Politis (2012), nos dicen que las emociones secundarias son “un amplio abanico de estados emocionales que surgen de la combinación de emociones primarias. Por ejemplo, el resentimiento surgiría de la combinación de tristeza y rabia (LeDoux, 1999). Dada su sutileza y complejidad, el reconocimiento de estos estados emocionales requiere de una elaboración cognitiva del contexto social”, es decir, lo que pienso del mundo que me rodea.
Creencias
Lo que pienso del mundo que me rodea, en los primeros años de vida, es implantado por nuestros padres o cuidadores. Luego a finales de la juventud y principios de la edad adulta vamos creando una concepción propia del mundo, que es dinámica, siempre está cambiando por nuevas experiencias y nunca está completamente desligada de las emociones, por ejemplo, mis creencias políticas o ideológicas siempre van a estar mediadas por mi historia emocional.
Con tal de que si en mi historia emocional me dijeron que las personas gordas son rechazadas, esa creencia va a formar parte de mis comportamientos, por ejemplo, empatía hacia las personas obesas, y por supuesto va a formar parte de mis reacciones emocionales, ira contra quien se burla de las personas obesas.
Referencias
LeDoux, J. (1999). El cerebro emocional. Primera Edición. Buenos Aires:
Planeta.
Leyens, J., Rodríguez, A., Rodríguez, R., Gaunt, R., Paladino, M., Vaes,
J., et al. (2001). Psychological essentialism and the diferetial
atribution of uniquely human emotions to ingrops and autgroups.
European Journal of Social Psycholoy, 31, 395-411.
Salas, M. & Smith-Castro, V. (2009). Infra-Humanización: Atribución de Emociones Primarias y Secundarias y su Relación con Prejuicio Moderno. Revista Interamericana de Psicología, Vol. 43, Num. 3 pp. 566-576
Tabernero, M.; Politis, D. (2012). Reconocimiento facial de emociones básicas y prosodia emocional en Demencia Frontotemporal variante conductual. Revista Neuropsicologia Latinoamericana, vol. 4, núm. 4, pp. 36-41